El héroe

José Tomás, lo quiera o no e independientemente del dinero que le paguen, es un producto destinado a la salvación desesperada de un espectáculo salvaje que está de "capa caída" La anterior toma de oxígeno fue con Manuel Benítez "El Cordobés" en los años sesenta. Consiguieron que muchos turistas de aquellos "años del desarrollo" entrasen en las plazas de toros, la mayoría para no volver jamás. Subieron los precios y todos tan contentos.
Qué hay entre aquel Cordobés y José Tomás?... La temeridad, el jugarse la vida, el morbo que despiertan en las masas porque puede haber sangre en cualquier momento.
Hace días la ciudad de Valencia asistió a la reaparición del "héroe" (y a la dimisión del cobarde, del mentiroso, del imputadísimo... Francisco Camps, pero esta ya es otra historia) Leo un artículo elegiaco de un tal Antonio Lorca en El País, empachoso a más no poder. Repite un montón de veces la palabra "héroe", suelta perlas del tipo "héroe de esta bendita fiesta" o "bienvenido el héroe"
Veamos, la plaza de toros de Valencia tiene 9.300 localidades, y 9.300 "almas" asistieron a la reaparición del "héroe" Pregunto: Qué es esa entrada en comparación con las registradas en los estadios de fútbol, conciertos de rock o carreras de Fórmula 1?... (La "ridiculez"de unas 15.000 o 20.000 personas en un partido de fútbol de la liga de primera división es un fracaso rotundo de taquilla) Y no hay 9.300 almas por corrida en la mayoría de las plazas de España, de las que se han cerrado ya un mogollón porque el espectáculo no era rentable, y no hablo de Cataluña precisamente. El señor Antonio Lorca, y otros muchos como él, confían en el mesias José Tomás para que vuelvan a entrar japoneses y otros extranjeros en los cosos taurinos, manteniéndose viva la llama olímpica de esta tortura sistemática que ahora se llama "bien de interés cultural"
Arte?... De ninguna manera. Si la llamada "tauromaquia" es arte como lo son los lienzos de Goya, las películas de Fellini o las magníficas obras del Renacimiento, mis cojones son claveles.
"Pasarse al toro por la faja" Ceñir tu cuerpo al toro para que este gire sobre la arena, volviéndo a pasar una y otra vez. Y una tanda de muletazos bien lograda... es arte! (Obviamente, después de haberle machacado con la pica para mermarle las fuerzas, provocándole unos dolores terribles) Y lo máximo, la "suerte suprema" que le llaman, es acertar con el estoque, matarle a la primera. Cuestión de suerte, ya lo ven. Entonces ya es la rehostia de arte, el sumun de la creación artística. Pero ellos se lo creen y así les va a los pobres toros. Por qué no lo hacen con motos o con cualquier otro tipo de engendro mecánico?...
Se lamenta el tal Antonio Lorca de que José Tomás no quiere agregarse a esa piña de "toreros indignados" (lo de "toreros indignados" es un sarcasmo mio) que se dedican a defender su "fiesta" en los foros políticos. Lo entiendo, José Tomás, aparte de ser el torero suicida perfecto que ellos necesitan, también es un pragmático que se conforma con llevarse el parné a su casa. Me recuerda al futbolista Fernando Torres cuando dijo que no le gustaba ver fútbol, que se aburría, que lo suyo era jugar. En el fondo, José Tomás, sabe que vive de hacer daño a los animales y no quiere meterse en lios con los molestos antitaurinos. El héroe es listo.