Operadoras y cigüeñas

(Fuente: A. Balmori, HESE proj., AVAATE, El Correo; imágenes: Beltxo84)

Recientemente encontrábamos en prensa un artículo titulado "Las cigüeñas se enganchan a la telefonía". En él se describía como una pareja de cigüeñas volvía a anidar encima de una antena de telefonía de la que el macho había sido desalojado en 2010, tras aterrizar en 2008 en el lugar.

La solución en aquel entonces fue instalar cinco nidos artificiales en Amorebieta-Zornotza para "reubicarlas" y dejar a las operadoras con sus antenas tranquilas. Todo parecía que iba bien, que las cigüeñas aumentaban la prole con tres cigoñinos y preferían estos nidos artificiales a la antena de telefonía.

Con lo que no contaban los responsables municipales era con algunos niños que lanzaban objetos a dichos nidos. Con lo que algunas cigüeñas optaron por volver a su nido original de la antena (bien es conocido por los especialistas que son aves muy testarudas y como decidan anidar en un sitio no hay manera de que hacerles cambiar de opinión). Así que de nuevo a la antena. Y en ese momento, sacaron el artículo, que quedó desfasado a las pocas horas: las que tardaron los técnicos de la operadora para destruir el nido de las cigüeñas a las 15h00 del día siguiente, tal y como comenta un vecino.

Lo que no comentaron en la noticia es que construir el nido cerca de la antena tiene sus riesgos. Aunque estar encima de la antena es el lugar menos malo para las cigüeñas, ya que el nido tan voluminoso funciona como pantalla, las radiaciones que emiten las antenas pueden afectar tanto a su salud como a su descendencia.

En el año 2005, el colaborador en el proyecto internacional HESE y miembro del Cuerpo Superior de Biólogos de la Junta de Castilla y León, Alfonso Balmori, publicó en Electromagnetic Biology and Medicine un estudio que establecía que la productividad de las cigüeñas parece que disminuye en los nidos más afectados por la radiación de las antenas.

Dos años más tarde podíamos ver los resultados visuales de cómo las radiaciones de antenas de telecomunicaciones afectaban a los polluelos de una investigación llevada a cabo en Alemania por la Universidad de Heidelberg y la Oficina Veterinaria de Karlsruhe.

Vamos, que las cigüeñas, así como otras aves, tienen también el futuro comprometido a no ser que se tomen medidas preventivas. Dicho está.