Curso de verano sobre radiación electromagnética

(Fuente: UPV/EHU, El Correo; imagen: UPV/EHU)

El 28 y 29 de julio pasado, en el marco del XXX Cursos de Verano y XXIII Cursos Europeos de Donostia-San Sebastián, organizados por la UPV/EHU, en el bloque L, 'Ciencias De La Salud / Health Sciences', se celebró el curso 'Radiación electromagnética y salud ambiental'.

El curso pretendía cubrir la demanda actual de formación en aspectos de los campos electromagnéticos (CEM) y la salud, tanto de la población en general como de técnicos en ayuntamientos, responsables de centros docentes y otros espacios públicos (bibliotecas, zonas de ocio ...), profesores en materias relacionadas (derecho ambiental, tecnologías de la información y las comunicaciones), o médicos, que pudieran a su vez trasladar a la población, en el ejercicio de sus profesiones y en respuesta a las cuestiones que también a éstos se les plantean

En los dos días del curso, se plantearon cuestiones relacionadas con el estado de las investigaciones médicas en torno a los posibles efectos de los CEM sobre la salud, la situación de los afectados, la legislación existente, las tecnologías y métodos necesarios para realizar correctas mediciones de los CEM, el papel y responsabilidades de instituciones y organizaciones ciudadanas en esta materia, etc.

Entre los ponentes, pudimos encontrar, entre otros, al abogado Agustín Bocos, de la Asociación de Derecho Ambiental Español (ADAME) o al médico e ingeniero superior de telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Madrid Ceferino Maestu.

Este último, alertó de los efectos nocivos del uso del teléfono móvil, indicando que ya hay indicios que relacionan el uso de este dispositivo, que emite radiaciones electromagnéticas no ionizantes, con problemas cognitivos, cambios en la fisiología cerebral, variaciones en la densidad de sangre, y problemas de conducta e hiperactividad en niños y adolescentes.

Un doctor en Informática, ingeniero superior de telecomunicaciones y escéptico militante reconocido, también presente en la mesa de debate final, quiso minimizar -cuando no negar- los efectos nocivos sobre la salud de la telefonía móvil. No pudo rebatir los estudios que le presentó Maestu, ya que, aunque era al igual que él ingeniero de telecomunicaciones, no era médico.