Ayuda Divina

- Buenas tardes, puedo ayudarle en algo?
- Por favor, no me moleste, no compro nada.
- No, si yo no vendo, sólo pretendo ayudarle.
- Vamos a ver, estoy tenso porque he pedido un taxi y no acaba de llegar, y voy a perder una entrevista de trabajo. Haga el favor de dejarme en paz.
- Mire, voy a presentarme, soy Dios y estoy aquí para ayudarle, ya que tengo por costumbre ayudar a los que madrugan. Seguro que ha oído alguna vez eso de que "al que madruga, Dios le ayuda", no?
- Que me deje, coño!
- Verá que fácil es para mi, hale hop!...

Y en esto, para asombro del incrédulo ciudadano (seguro que un ateo redomado como Jesús Valdivieso) apareció un taxi y se detuvo allí mismo.

- Eh... qué casualidad!... Pues muchas gracias, Don Dios, je, je, je!

Entró en el taxi, feliz y contento el hombre, y sin demora llegó a su entrevista laboral. Pero lo sucedido no le hizo cambiar su modo de pensar, y es que los hay que no creen en Dios ni por esas.