Cuentos de terror

En la viñeta de El Roto (El País) del lunes pasado se ve a una niña de aspecto desvalido que dice: "Mis papás me leen cuentos de terror para preperarme para la vida adulta" Otro ejemplo de la capacidad de este gran humorista gráfico para captar la realidad y devolvérnosla en forma de chiste a veces amargo. Pero en este caso, más que una interpretación peculiar de la realidad, es la realidad misma del tratamiento que se les ha dado a los niños a lo largo de la historia. A la "gente menuda" siempre se les ha asustado con brujas, monstruos y horrores de todo tipo. La literatura infantil, los llamados hoy en día "cuentos clásicos", dan sobradas muestras de ello. Eso sí, bien se cuidaron los "cuentistas" de no equivocarse en la elección de los monstruos. La personificación del terror eran las brujas y otros seres malignos, pero nunca la Santa Inquisición ni los sádicos gobernantes, corregidores, papas, obispos.... Y en Flandes aún se les asusta a los niños con el Duque de Alba, algo impensable en la España cristianizadora. Y ahora imaginen ustedes quienes son los monstruos abominables en los cuentos de terror de las buenas y piadosas gentes españolas que reciben al Papa con inmenso fervor y alegría.