Tiranos y fosas comunes

A Sadam Husein le encontraron dentro de un pozo y a Bin Laden en un chalet-fortaleza. Gadafi permanece oculto en uno de los túneles o bunkers que se hizo construir durante su imperio megalomaniaco.
La diferencia entre estos tres sátrapas y la gente común es que los sátrapas desaparecen de la vista cuando asoman los cañones enemigos, pero el pueblo llano desaparece porque es masacrado y aparece luego en fosas comunes. Los que antes fueron torturados, aparecen muertos, mezclados unos huesos con otros en ignominiosas fosas, como las fosas del regimen franquista que tanto avergüenzan a los hijos putativos de los asesinos, esos que ponen trabas a la Ley de la Memoria Histórica.
Sadam vivió entre lujos y exhibicionismos, posando como un patriarca benefactor de su pueblo, mientras este vivía bajo una represión brutal. El máximo exponente de esta brutalidad eran las cárceles, en las cuales sufrían las más duras condenas los que se habían opuesto a la tiranía. Esos eran los presos "más temidos" por el sanguinario reyezuelo, el hombre que admiraba a Franco.
1.720 presos vivían hacinados en la cárcel de Abu Salim, cada veinte reclusos en una celda de seis metros cuadrados. Recibían una asquerosa comida al día y todo tipo de vejaciones, mientras que el grandísimo hijo de puta por la gracia de Alá se daba la vida padre en sus fastuosos palacios o realizaba giras por Europa con su circo de mujeres guardianas y cortesanos lameculos.
1.720 presos que siguen hacinados, pero ahora en una gran fosa común, como esas víctimas del tirano Franco que ponen tan nerviosos a los políticos de la derecha rancia española.
El siniestro y esperpéntico coronel Gadafi también permanece bajo tierra, pero cagado de miedo. (Cualquiera lo estaríamos en su caso, pero cualquiera no somos tiranos, esa es la sutil diferencia)