"Maquiavélico"

Imaginariamente lo dice Leonardo Da Vinci en el libro "La sonrisa de La Guioconda" de Luis Racionero:

"El fin justifica los medios porque hay una incompatibilidad entre el bien privado y el público. No se puede gobernar un estado con la misma moral con que se dirigen los intereses de una familia. Esto, para él (Maquiavelo) lo tenían claro los griegos y romanos, que eran sus admirados modelos: el ser humano es ingrato, libertino, falso o hipócrita, cobarde y ávido, arrogante y mezquino; con tendencia natural a ser insolente cuando las cosas le van bien y abyectamente servil cuando vienen mal dadas. Dicen amar la libertad pero la ponen por debajo de la seguridad, la prosperidad o el deseo de venganza. Son fáciles de corromper y difíciles de enmendar, responden por igual al terror que al amor, y si cupiese escoger entre ambos, el terror es lo más fiable. Para Maquiavelo las virtudes cristianas son obstáculos insuperables para construir el tipo de sociedad que el cree conveniente.