Sobrevivir

Leí hace unos días que Rafa Nadal había estado en lo alto de una de las torres gemelas de Nueva York cuatro meses antes de la tragedia. Otra historia, esta con final aciago: Uno de los pasajeros del avión que se estrelló contra el Pentagono era superviviente de la segunda guerra mundial. Otro que se salvó en la distancia: Un compañero mio del teatro alucinaba al ver en la tele como había quedado reducido a escombros un hotel de México por causa de un terremoto. Estábamos en un año de los 80, no recuerdo en cual, y en ese mismo hotel se había alojado mi compañero unos años antes.
La vida es como el juego ese de "tocado o hundido", te toca o no te toca, te hundes en la miseria o te devoran las llamas de un incendio; eres víctima de cualquier catástrofe o llegas a la ancianidad siendo un consumidor de pastillas y visitante asiduo de médicos y curanderos, y les recuerdas a tus nietecitos que estuviste a punto de morir en tal o cual batallita o que no te atropelló un camión de puro milagro. Siempre que hay una catástrofe aérea, ferroviaria, etc. surgen un montón de "historias personales" en la prensa, de personas que estuvieron a punto de embarcarse pero no lo hicieron, o que decidieron coger otro tren, o que tuvieron una corazonada, un sueño, un barrunto...
Me imagino a Federico García Lorca convertido en un entrañable anciano tras una prolífica carrera literaria, comentándole a algún periodista: "Pues sí, acepté la invitación de Margarita Xirgu de viajar con ella en su tourné teatral por Sudamérica porque era lo mejor que se podía hacer en esos momentos. La situación se estaba poniendo muy difícil en España. Menos mal que me quitaron de la cabeza la idea de irme esos días a Granada. Más de una vez me he preguntado, teniendo en cuenta la dura represión fascista que hubo en Granada, si no me hubiesen matado a mi también"